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If you’re visiting Spain for the first time, be warned: this is a country that fast becomes an addiction. It is a magnet for travelers all over the world. The Spanish way of life is irresistible! It’s impossible not to warm to a culture where food, wine, family and friends take priority over almost everything else. Before you know it, you’ll find yourself hooked by something quite different… the wild celebration of some local fiesta, perhaps, or the otherworldly architecture of Barcelona. Even in the best-known places to visit, from Madrid to the coasts, from the high Pyrenees to the Moorish cities of the south. There are genuinely surprising attractions at every turn, whether it’s hip restaurants in the Basque country, the wild landscapes of the central plains, or cutting-edge galleries in the industrial north. Soon, you’ll notice that there is not just one Spain but many.
  • En la fértil comarca de la Hoya se asienta Huesca, protagonista de una historia de más de dos mil años de antigüedad. El Coso, límite de las antiguas murallas medievales, delimita un interesante entramado urbano que se encuentra presidido por la Catedral.

    Hace casi 2.500 años, sobre el actual emplazamiento de Huesca se encontraba Bolskan, enclave íbero que, a mediados del s. II a. C., era conocido como importante centro de acuñación de moneda.

    Un siglo después, bajo dominio romano, Osca –nombre con el que fue rebautizada la población- se convirtió en el destino del exilio del pretor Sertorio, quien estableció allí un senado y el primer centro de estudios de Aragón y posterior Universidad Sertoriana, hecho éste último que dio un gran protagonismo cultural a Huesca hasta su cierre, a mediados del XIX.

    El Coso, Joaquín Costa y la Ronda de Montearagón configuran en la actualidad el cinturón que rodea el empinado casco histórico oscense, en cuya cima se sitúa la Catedral.

    Este templo gótico fue mandado construir por el rey Jaime I a finales del siglo XIII donde se cree que estuvo el foro de la antigua urbe romana. En la misma plaza de la Catedral, presidida por la figura de “La Moreneta”, se alza la Casa Consistorial (s. XVI), recia edificación aragonesa con torres en los laterales.

    Las carnes y los embutidos son dos de los principales reclamos de las excelencias culinarias de Huesca. El cordero asado, con la Denominación de Origen Ternasco de Aragón, es uno de los platos más emblemáticos de toda la región. Igual sucede con el bacalao, ingrediente indispensable en la elaboración del ajoarriero de Huesca (a base de bacalao, aceite y ajo) y la coliflor con bacalao. Otra opción pasa por los huevos al salmorrejo (especie de huevos escalfados con carne y embutido). En cuanto a los postres típicos, cabe mencionar las castañas de mazapán y las colinetas. En la provincia se producen excelentes vinos con Denominación de Origen Somontano.

  • Venga a Zaragoza, una de las principales ciudades de España. La capital de la región de Aragón está situada a orillas del río Ebro, a medio camino entre Madrid y Barcelona. Son muchos los motivos para conocer esta urbe abierta y hospitalaria. Tome nota:

    2.000 años de historia. Va a encontrar un impresionante legado monumental en sus calles, ya que romanos, musulmanes, judíos y cristianos dejaron su huella en este lugar: ruinas de la civilización romana como el Circo; el Palacio de la Aljafería; iglesias de estilo mudéjar, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; joyas del barroco como la basílica del Pilar; la obra del genial Francisco de Goya… Y también, el moderno recinto de la Expo 2008. Si disfruta con el arte, Zaragoza es su destino.

    Ocio: variedad de propuestas. Teatros, cines, exposiciones, conciertos, festivales, ferias… En Zaragoza le aguarda una agenda espectacular durante todo el año. La vida cultural es intensa. Compruébelo en sus calles, o en escenarios como el Auditorio, el Teatro Principal o el Palacio de Congresos de Aragón. Todas las tendencias artísticas están presentes en esta ciudad.

    Gastronomía sabrosa. Deguste los platos típicos de la región y, por supuesto, participe en una de las grandes tradiciones de la ciudad como es el ir de tapas: pequeñas creaciones gastronómicas que hacen las delicias de quienes las prueban.