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If you’re visiting Spain for the first time, be warned: this is a country that fast becomes an addiction. It is a magnet for travelers all over the world. The Spanish way of life is irresistible! It’s impossible not to warm to a culture where food, wine, family and friends take priority over almost everything else. Before you know it, you’ll find yourself hooked by something quite different… the wild celebration of some local fiesta, perhaps, or the otherworldly architecture of Barcelona. Even in the best-known places to visit, from Madrid to the coasts, from the high Pyrenees to the Moorish cities of the south. There are genuinely surprising attractions at every turn, whether it’s hip restaurants in the Basque country, the wild landscapes of the central plains, or cutting-edge galleries in the industrial north. Soon, you’ll notice that there is not just one Spain but many.
  • En la fértil vega del río Arga se asienta Pamplona, ciudad llena de historia y hondas tradiciones. En las calles y plazas de su casco antiguo se conserva un importante conjunto monumental presidido por sus iglesias y murallas medievales.

    Pamplona es una ciudad en la que conviven armónicamente tradición y modernidad. Fundada por el general romano Pompeyo en el 75 a. de C., la importancia de la ciudad aumentaría en el siglo X con el reino de Pamplona. Bajo el reinado de Sancho III el Mayor (s. XI), se organizó el itinerario actual del Camino de Santiago por tierras navarras, hecho que marcaría tanto la fisonomía urbana como el propio devenir histórico de la urbe. La visita a la capital navarra comienza por la Pamplona de los burgos, conjunto de barrios de origen medieval que constituyeron el germen del actual núcleo urbano. En la céntrica plaza Consistorial se levanta la señorial fachada barroca del Ayuntamiento. El edificio, construido en 1752, recuerda la unión de los burgos de San Cernín, San Nicolás y Navarrería.

    Gastronomía, fiestas y alrededores El casco antiguo pamplonés se convierte en un buen lugar para conocer las excelencias de la variada gastronomía navarra. En cualquiera de los restaurantes se pueden saborear típicos productos de la huerta navarra –espárragos, pimientos de piquillo, alubias-. El cordero asado o en chilindrón es el plato más emblemático, siempre acompañado por un buen vino con Denominación de Origen Navarra y un pacharán (licor típico anisado) de postre. Para conocer Pamplona y a sus habitantes en plena fiesta, la visita a la ciudad ha de efectuarse durante los Sanfermines (6-14 de julio), declarados de Interés Turístico Internacional. Uno de los mayores atractivos de estas fiestas patronales son sus encierros (tradición que consiste en correr delante de los toros), que transcurren primeramente por la cuesta de Santo Domingo, continuando después por la calle Mercaderes hasta el cruce con Estafeta, que llega a desembocar a la Plaza de Toros. Sin embargo, antes de participar en ellos conviene encontrarse en buena forma y adoptar ciertas precauciones, tales como entrar únicamente por los accesos permitidos, recorrer únicamente un tramo del recorrido y evitar citar a las reses. Igualmente, durante las fiestas es importante reservar alojamiento con suficiente antelación. A 45 km. de la capital navarra, en la histórica villa medieval de Olite, se encuentra el Parador Príncipe de Viana. Este establecimiento se encuentra adosado al palacio-castillo del siglo XV, declarado Monumento Nacional y en el que destacan sus torres y almenas.