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If you’re visiting Spain for the first time, be warned: this is a country that fast becomes an addiction. It is a magnet for travelers all over the world. The Spanish way of life is irresistible! It’s impossible not to warm to a culture where food, wine, family and friends take priority over almost everything else. Before you know it, you’ll find yourself hooked by something quite different… the wild celebration of some local fiesta, perhaps, or the otherworldly architecture of Barcelona. Even in the best-known places to visit, from Madrid to the coasts, from the high Pyrenees to the Moorish cities of the south. There are genuinely surprising attractions at every turn, whether it’s hip restaurants in the Basque country, the wild landscapes of the central plains, or cutting-edge galleries in the industrial north. Soon, you’ll notice that there is not just one Spain but many.
  • Al abrigo de la Sierra de Gredos se alza Ávila, declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Tras las murallas de esta capital castellano-leonesa se esconde un valioso conjunto de iglesias y palacios renacentistas, testigo del esplendor pasado de la urbe como centro de producción textil.

    Su condición de cuna de Santa Teresa de Jesús ha dejado en toda la ciudad, tanto dentro como fuera del recinto amurallado, un gran número de edificios religiosos vinculados a la vida de la mística. La Comisión Europea ha concedido a Ávila el premio de 2010 a la Ciudad Accesible.

    Los excelentes asados y el famoso chuletón de ternera de Ávila son sólo una parte del rico recetario de la provincia, sin olvidar, en el apartado de repostería, las célebres yemas de Santa Teresa.

    La dilatada historia de Ávila comienza con el primitivo asentamiento celtíbero de los vetones hacia el 700 a. C. Con la llegada de los romanos en el s. III a. C. se procedió a la construcción de la primera muralla, lo que convirtió a Ávila en un importante enclave defensivo. Tras varios siglos de decadencia, en el siglo XI la ciudad fue repoblada y reconstruida. Según cuenta la tradición, Raimundo de Borgoña, yerno del rey Alfonso VI, fue el encargado de supervisar la reconstrucción de la muralla sobre las ruinas de la antigua fortificación romana. La época de mayor esplendor de esta ciudad llegaría en el siglo XVI, momento en que la manufactura lanar permitió el despegue económico de la urbe. Durante ese periodo de bonanza se construyeron en la ciudad numerosos edificios civiles y religiosos que aún perviven en el casco histórico de la localidad.

  • La ciudad castellano-leonesa de Burgos, enclavada en el Camino de Santiago, conserva importantes vestigios de su esplendor medieval. La que fuera capital del reino unificado de Castilla y León durante cinco siglos, ostenta una de las obras cumbre del gótico español, su Catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad. Además de acercarnos al casco histórico de Burgos, podemos conocer su provincia a través de interesantes rutas por las riberas de los ríos Duero y Arlanza. Buenos lugares para interesarnos por una gastronomía rica y variada.

    A pocos kilómetros del yacimiento prehistórico de Atapuerca, Patrimonio de la Humanidad, se encuentra la ciudad de Burgos, atravesada por el río Arlanzón. Fundada como burgo militar, poco a poco se fue convirtiendo durante la Edad Media en una urbe mercantil de gran poderío económico. A este desarrollo contribuyó el hecho de ser capital del reino unificado de Castilla y León (entre los siglos X y XV), su situación privilegiada en el Camino de Santiago y su monopolio sobre el comercio de la lana merina. Todo este esplendor ha dejado una profunda huella en el Burgos actual.

    A los pies del amurallado cerro del Castillo, desde cuyos restos se tiene una de las mejores perspectivas de la ciudad, se despliega el antiguo barrio medieval. Aquí destacan el Arco de San Esteban, de estilo mudéjar, y la iglesia gótica del mismo nombre, que alberga el Museo del Retablo. Otro importante templo es el de San Nicolás, donde contemplaremos un magnífico retablo de alabastro policromado.

  • La Pulchra Leonina, la “Capilla Sixtina” del románico español y el antiguo Hospital de San Marcos son los puntos claves de este antiguo campamento romano. El transcurrir del tiempo ha convertido a León en capital del reino en la Edad Media, en enclave histórico del Camino de Santiago y en una urbe a la medida de sus habitantes. El increíble paisaje natural de esta provincia nos llevará a conocer el Parque Nacional de Picos de Europa, el entorno de Las Médulas (Patrimonio de la Humanidad) y la estación invernal de San Isidro. Una oferta cultural y de ocio sólo superable por la calidad y variedad gastronómica leonesa.

    La que fuera la Legio VII Gemina Pia Felix romana, mantiene un interesante legado románico, gótico y renacentista fruto de su esplendor durante la Edad Media. La Plaza Mayorconfigura el centro de esta ciudad, atravesada por el río Bernesga. En este conjunto barroco se alza el Ayuntamiento, llamado popularmente el “Balcón de la Ciudad”, ya que desde sus galerías los notables contemplaban las actividades ciudadanas que tenían lugar.

  • El río Carrión discurre por la extensa llanura de Tierra de Campos hasta llegar a Palencia. La capital, que cuenta con un interesante conjunto monumental, se convierte en punto de partida para recorrer la más importante ruta del románico de España.

    La que fuera en tiempos Pallantia romana ha vivido importantes hitos históricos. Cruce de caminos e importante centro de manufacturas textiles en otras épocas, Palencia vivió su época de mayor esplendor en la Edad Media. Bajo el reinado de Alfonso VIII, la capital se convirtió en residencia real y, en 1208, se fundó en ella la primera Universidad española.

    La ciudad se encuentra presidida por la imponente escultura del Cristo del Otero que, con sus 20 metros de altura, domina toda la comarca desde uno de los cerros que rodean la ciudad.

    La calle Mayor, principal arteria de Palencia, vertebra de norte a sur el centro de la capital mostrando distinguidas fachadas y numerosos comercios. A un lado de esta importante vía queda la porticada plaza Mayor, donde se alzan las fachadas del Ayuntamiento, del siglo XIX, y la iglesia de San Francisco, recinto franciscano del siglo XIII.

    La capital puede servir como punto de partida para realizar la conocida ruta del románico palentino, itinerario que permite conocer el rico patrimonio medieval que se desarrolló en muchos casos en torno al Camino de Santiago. Se conservan casi intactos más de medio centenar de edificios, entre los que destacan el monasterio de Santa María, en Aguilar de Campoo. En la localidad de Carrión de los Condes se encuentran bellas construcciones como el convento de Santa clara (s. XIII) y las iglesias de Santa María del Camino y de Santiago. Otras edificaciones románicas que se pueden visitar en esta ruta son la iglesia de San Martín (Frómista), la ermita de San Pelayo (Perazancas), la iglesia de Santa Eufemia (Olmos de Ojeda) o el monasterio de Santa María de Mave.

  • En la zona centro de España, a 212 kilómetros de la capital Madrid, se sitúa Salamanca. Universal, magnífica, sabia, joven y dorada: esta ciudad es uno de los destinos de interior que merece la pena conocer por muchos motivos. Su Centro Histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

    Foco de conocimiento. Es la ciudad universitaria por excelencia: la Universidad de Salamanca fue la primera que se creó en España y es, además, una de las más antiguas de Europa. En su época de mayor esplendor figuró a la cabeza de las universidades europeas. Por ella han pasado algunos de los mejores pensadores, artistas y escritores españoles.

    Ciudad del español. En el siglo XV esta localidad vio nacer la primera Gramática de la Lengua Castellana, que se convirtió en instrumento fundamental para su expansión por todo el mundo. Además, es uno de los destinos favoritos de los estudiantes extranjeros para aprender español. Como no podía ser menos, Salamanca es una de las principales etapas del Camino de la Lengua Castellana.

    Cruce de caminos. La Vía de la Plata, la antigua ruta romana que enlaza el norte y el sur de España, pasa por Salamanca. Es un buen punto de partida para conocer otras poblaciones cercanas de interés turístico por las que también cruza este viejo camino, como Guijuelo o Béjar.

  • Segovia, cuya ciudad vieja y acueducto romano son Patrimonio de la Humanidad, se encuentra situada en una elevación del terreno, entre los cauces de los ríos Eresma y Clamores. Además del famoso Acueducto, multitud de iglesias románicas, Catedral y Alcázar componen un majestuoso paisaje que domina estas tierras castellanas. Su moderno Parador de Turismo es uno de los mejores lugares donde el viajero puede degustar el plato más típico de la ciudad: el cochinillo al horno. Asimismo, Segovia es un excelente punto de partida para recorrer la provincia y acercarse al palacio de La Granja o al Parque Natural de las Hoces del Río Duratón, entre otras opciones.

    Tras ser un emporio militar bajo el Imperio romano, Segovia vive su época de esplendor durante la Edad Media, al convertirse en lugar de residencia de la corte de los Trastámara y ser un importante centro de actividad ganadera y textil. A este periodo se debe la construcción de un elevado número de edificios románicos, riqueza patrimonial que aún se conserva.

    La puerta de entrada al casco histórico de Segovia es el Acueducto romano, en la plaza del Azoguejo. Esta joya de ingeniería, construida bajo la Roma imperial (s. I), transportaba agua a la ciudad alta desde 15 kilómetros de distancia. Sus 163 arcos y sus 29 metros de altura, en su punto más alto, se sustentan gracias a sillares de piedra de la Sierra de Guadarrama sin argamasa, plomo o mortero.

    La ciudad intramuros nos reserva importantes construcciones medievales y renacentistas, como la Casa de los Picos, la Alhóndiga o el Torreón de los Lozoya. El primero de estos monumentos data del siglo XV y su fachada decorada con puntas de granito acoge actualmente a la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios. La Alhóndiga, un antiguo granero gótico, y el Torreón, estructura defensiva del siglo XIV, se dedican hoy a exposiciones culturales.

  • En un paraje natural presidido por el río Duero se alza Soria, una ciudad que alberga un importante conjunto románico en sus calles medievales, además de espléndidas muestras de arquitectura civil.

    La historia de Soria se encuentra vinculada al vecino asentamiento celtíbero de Numancia, cuyos habitantes protagonizaron una heroica defensa de la ciudad frente al asedio del Imperio Romano (s. II a.C.). Más tarde, debido a su estratégica situación, la zona fue objeto de pugna entre cristianos y musulmanes (s. IX). Tras su incorporación a la Corona de Castilla, Soria vivió su mayor auge durante el reinado de Alfonso VIII (s. XII-XIII) y fue durante toda la Edad Media un importante centro manufacturero derivado de la producción lanar.

    Soria conserva un importante legado románico en su entramado de calles medievales. En el centro histórico de la localidad se levanta uno de los templos más importantes de la ciudad, la iglesia de Santo Domingo, una hermosa construcción del s. XII cuya portada está considerada como una de las mejores de todo el románico.

  • Valladolid, la ciudad del río Pisuerga, conserva en su casco antiguo un interesante conjunto renacentista compuesto por casas, palacios, iglesias y uno de sus edificios más emblemáticos, su Catedral.

    La ciudad goza de una intensa vida cultural gracias a su condición de sede universitaria, así como a eventos tales como la Seminci, la Semana Internacional de Cine, cita imprescindible del calendario cinematográfico español.

    Otro evento que marca la vida de Valladolid y despierta el fervor de sus habitantes es la Semana Santa. Declarada de Interés Turístico Internacional, sus procesiones suponen un auténtico desfile de obras de arte sacro.

    Valladolid comenzó a cobrar protagonismo a partir del s. XI, cuando el conde Ansúrez pasó a gobernar la villa en nombre de Alfonso VI. Su máximo apogeo lo alcanzaría durante el reinado de los Reyes Católicos (s. XV), época en que la universidad vallisoletana se convirtió en una de las más importantes del país. Pero, además de protagonizar episodios clave de la historia de España, Valladolid ha sido su capital en dos ocasiones, la primera con Carlos I (s. XVI) y posteriormente con la llegada al trono de Felipe III (s. XVII).

    Valladolid conserva un importante patrimonio monumental en su casco antiguo, en especial casas nobles y edificaciones religiosas. Entre ellas sobresalen la inacabada Catedral. El diseño original del proyecto fue encargado por el rey Felipe II al arquitecto Juan de Herrera en el siglo XVI. El fallecimiento de ambos dejó inacabado el templo, cuyo cuerpo central no sería inaugurado hasta 1668. Años después, en 1730, el maestro Churriguera finalizó las obras de la fachada principal. En el interior catedralicio, la capilla mayor alberga un magnífico retablo, realizado por Juan de Juni en 1562. El recinto permite acceder al Museo Diocesano, en el que destacan diversas tallas atribuidas a Gregorio Fernández y al propio Juni, así como una custodia de plata de Juan de Arfe.

  • La localidad castellano-leonesa de Zamora conserva en su casco antiguo un importante legado de arte románico, lo que le ha valido la declaración de Conjunto Histórico-Artístico. Enclavada a orillas del río Duero y en plena Ruta Vía de la Plata, su importancia medieval ha dejado huella en murallas, palacios y templos. Para conocer un poco más la historia y el arte de la provincia, nada mejor que recorrer alguna de las poblaciones de la Ruta del Duero y de la Vía de la Plata. Un conocimiento en el que podemos ahondar a través de su gastronomía y de tradiciones, como la celebración de la Semana Santa, fiesta declarada de Interés Turístico Internacional.

    El Puente de Piedra que cruza el Duero da la entrada a esta ciudad de fuerte impronta medieval, conocida como la Ciudad del Románico. Sus construcciones nos transportarán sin esfuerzo a la Edad Media, época en la que la ciudad soportó sitios y ataques. Llamada “la Bien Cercada”, por su triple cinturón defensivo, conserva casi en su integridad el primero de ellos. Entre sus lienzos destaca el Portillo de la Traición, además de la Puerta de Doña Urraca y del Obispo.

    Y dominando todo este trazado, el Castillo y la Catedral.

    Las mejores ocasiones para acudir a Zamora son durante la celebración de la Semana Santa, Fiesta de Interés Turístico Internacional; o en verano, cuando los visitantes pueden recorrer la ciudad guiados por las leyendas medievales del Romancero, que se escenifican en los rincones con más encanto de la ciudad.